Hace 10 años, el ecosistema FinTech estaba compuesto por startups que crecían vertiginosamente. Ahora, asistimos a la maduración de las startups que se convirtieron en scaleups y que siguen desarrollando productos o servicios basados en tecnología y procesos automatizados, que abrazan nuevas corrientes innovativas y tecnológicas como, por ejemplo, la famosa IA o la investigación…
Hace 10 años, el ecosistema FinTech estaba compuesto por startups que crecían vertiginosamente. Ahora, asistimos a la maduración de las startups que se convirtieron en scaleups y que siguen desarrollando productos o servicios basados en tecnología y procesos automatizados, que abrazan nuevas corrientes innovativas y tecnológicas como, por ejemplo, la famosa IA o la investigación en computación cuántica.
Una vez que los reguladores, supervisores y legisladores aceptaron formar parte de este cambio y revolución en la industria financiera, la regulación ha jugado y seguirá jugando un papel fundamental, especialmente con la llegada de normativas europeas que buscan estandarizar y fortalecer el sector de la innovación en la industria financiera y de seguros.
Uno de los aspectos más destacados de esta nueva etapa del sector es eliminar las barreras y obstáculos burocráticos, y demasiado largos de carácter legal y fiscal, y ayudar a consolidar a España como uno de los mercados de referencia de empresas FinTech del continente. Si bien el crecimiento inicial del sector estuvo marcado por la agilidad y la innovación disruptiva, ahora se requiere una atención más cuidadosa a las normativas que puedan obstaculizar su desarrollo y la creación de nuevos procesos basados en tecnologías nuevas. En este sentido, la trasposición rápida y adecuada de normativas como la Directiva de Crédito al Consumo o la nueva ley de pagos PSD3/PSR, el reglamento de pagos instantáneos y FIDA, junto con la aplicación del Reglamento MiCA, para regular el uso de los criptoactivos, serán cruciales para ayudar a generar un entorno que fomente la competencia y la estabilidad en los servicios financieros digitales.
España, con su red de emprendedores y proyectos de alto nivel, tiene potencial más que suficiente para convertirse en uno de los principales referentes FinTech a nivel europeo. La apuesta por facilitar el emprendimiento debe ser firme, pero el crecimiento, el desarrollo y maduración de las empresas es esencial para aprovechar plenamente el potencial innovador de la comunidad FinTech de nuestro país y eso solo se consigue con un entorno propicio a nivel burocrático, administrativo y de puertas abiertas a la inversión
Además del Sandbox financiero, que desde 2020, ofrece un espacio de pruebas controlado para proyectos de innovación financiera y aseguradora, la aprobación de la Ley de Startups en España fue otro paso importante hacia la creación de un entorno más favorable para el emprendimiento y la innovación, al proporcionar beneficios fiscales y administrativos para las startups, lo que facilita su crecimiento y expansión. En el contexto de nuestro sector, esta Ley de Startups tiene que desempeñar un papel crucial al fomentar la creación y el crecimiento de nuevas empresas en el sector financiero digital. Para lograr este objetivo, debe seguir progresando y convertirse en proyecto de gobierno, a través de la articulación de foros y propuestas. En España tenemos que entender la necesidad de no solo crear las leyes, si no darles la importancia, continuidad y la atención que merecen para seguir siendo efectivas y adaptarse a cada circunstancia
Desde la AEFI estamos inmersos en pleno proceso de elaboración de la segunda edición del Libro Blanco del FinTech 2.0, un documento que adquiere una especial relevancia ahora, y que no solo ofrecerá una visión integral de la realidad actual del ecosistema FinTech en España, sino que también destacará las oportunidades y desafíos a los que se enfrenta el sector: desde la financiación y la inversión hasta las tendencias emergentes y los casos de éxito. Confiamos en que el documento sirva como guía imprescindible para todos los actores involucrados en el ecosistema FinTech español.
Además de la regulación financiera, vista desde un punto de vista más convencional, la inteligencia artificial (IA) está emergiendo como un factor clave para el ámbito regulatorio que moldeará el futuro del sector FinTech. La implementación y explotación ética de la IA serán fundamentales para garantizar la equidad, transparencia y seguridad en los servicios financieros digitales, por lo que es imperativo que trabajemos con reguladores, supervisores y resto de actores de la industria en estrecha colaboración para desarrollar marcos regulatorios sólidos que promuevan la innovación responsable en este ámbito.
Sin duda, el futuro del FinTech está intrínsecamente ligado a la regulación y la creación de valor. A medida que el sector avanza hacia una nueva fase, es fundamental que se aborden las barreras regulatorias y se fomente un entorno propicio para la innovación y la competencia. Con la adecuada atención a la regulación y un enfoque decidido en la creación de valor, España tiene el potencial de consolidarse como uno de los mercados de referencia en el panorama FinTech europeo. La colaboración entre los reguladores, la industria y los emprendedores será clave.
Puedes leer la tribuna de opinión en la web de Dirigentes Digital: El futuro del ecosistema FinTech: una era de regulación y creación de valor